Antes denominados como contratos financieros atípicos. Son productos en los que las entidades financieras bajo la falsa denominación comercial de “depósitos” no se comprometen a devolver el 100% de lo entregado a su vencimiento. Normalmente parte del capital invertido tiene una remuneración fijada de antemano, como un depósito tradicional, y otra parte del capital y su rentabilidad suele ir ligada a la evolución de varias acciones, normalmente de grandes y conocidas empresas que cotizan en Bolsa. Al vencimiento nos devolveran por una parte la parte del capital no comprometido y con un interés fijo, y la otra cantidad dependerá del valor que tienen en esa fecha las acciones por las que hemos “apostado”. De forma que si si valor es menor al inicial se puede llegar a perder parte de lo invertido.
No se deje llevar por altas rentabilidades, el banco tiene la operación bien atada y solo usted va a ser quien pierda. Por eso debe hacer lo mismo e invertir en este tipo de productos conociendo exactamente los riesgos y cuando las condiciones sean asumibles.
En este tipo de productos, y en cualquiera que tenga condiciones, debemos obviar la rentabilidad que nos ofrecen, debemos fijarnos en la probabilidad de obtener esa rentabilidad.
Si confiamos en que estas acciones se van a revalorizar quizás sea mejor invertir directamente en Bolsa.